Aparato respiratorio: La violeta, fundamentalmente por su contenido en mucílagos posee propiedades balsámicas antitusivas y antiinflamatorias. Su contenido en saponinas le confiere propiedades expectorantes mientras que el ácido salicílico le otorga propiedades analgésicas. Este mismo componente junto con el salicilato de metilo el eugenol y el beta-sisosterol son responsables de sus propiedades antipiréticas, capaces de reducir la fiebre. El ácido málico y la quercetina le proporcionan propiedades bacteriostáticas que impiden el desarrollo de las bacterias. Es ideal para las siguientes anomalías: Bronquitis, Tos, Fiebre, Resfriado, Gripe y Asma.
Aparato digestivo: Las propiedades demulcentes o suavizantes de los mucílagos resultan adecuadas para el tratamiento de algunas anomalías del aparato digestivo: Gastritis, Ulceras gastroduodenales, estreñimiento, vómitos (antivomitivo o vomitivo).
Metabolismo: Las propiedades depurativas y diuréticas de la violeta, se han utilizado para aumentar la micción y facilitar la curación de aquellas enfermedades en las que resulta conveniente una producción superior de orina y la eliminación de las toxinas: Cistitis, Nefritis, Hipertensión.
Gargarismos: faringitis y anginas. Antiinflamatorio. Ungüento para el dolor.
Las hojas y flores se pueden consumir en crudo en las ensaladas o añadirlas a las sopas, en algunos lugares se consumen confitadas con azúcar.
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