Agua Muerta: Efectos nocivos ¿sabemos lo que bebemos?

 Autor: juansaez


       Todo lo que comemos, respiramos, o sentimos, influye en nuestra salud. También lo que bebemos, y concretamente la cantidad y calidad del agua que bebemos.   El agua, es vital para el organismo. Interviene en la eliminación de los residuos, en la reparación de tejidos, en la digestión, en la termoregulación, etc. Por tanto, la calidad del agua puede determinar nuestra salud. 



Según muchos expertos, ni el agua que sale del grifo ni la embotellada es agua de calidad. Los procesos por los que pasa el agua para ser potable, generan elemenos nocivos para la salud, como el cloro. El cloro destruye la vitamina E, altera la flora intestinal y puede irritar el estómago. Ya sabemos los efectos que tiene el cloro en los ojos, después de bañarnos en cualquier piscina. Pues igual pasa en el interior de nuestro organismo.

       El realidad el agua que bebemos hoy está energéticamente muerta, desestructurada y altamente contaminada. No tiene nada que ver con el agua de fuentes y manantiales que bebían nuestros tatarabuelos. El agua actual está principalmente contaminada por derivados del petróleo. La famosa lluvia ácida penetra hasta las capas impermeables de la tierra y contamina los acuíferos subterráneos.     Legalmente, se considera agua potable si cumple unos requisitos mínimos.     Las impurezas admisibles están reguladas por el Real Decreto 120/2003 de 7 Febrero, por el que se establecen los criterios sanitarios de calidad del agua de consumo humano. Se indican las cantidades de minerales, de ph, de conductividad y de dureza.     Asimismo se regula la cantidad máxima de substancias tóxicas. O sea, que, nuestra agua de consumo tiene elementos como el arsénico, cianuro, cromo y niquel.
Por tanto, tenemos un agua muerta, desestructurada y, a veces, contaminada por los propios productos y mecanismos que se utilizan para depurarla. No es extraño, que se atribuyan a este agua algunas patologías que se convierten en crónicas.
      El agua, como todo objeto, tiene su propio patrón vibratorio. El agua, absorbe por resonancia, las frecuencias de las materias con las que tiene contacto. O sea, que
el agua tiene, por decirlo de otro modo, memoria. Y recuerda las sustancias con las que ha estado. Y estas frecuencias de diferentes sustancias, a veces logran romper su estructura natural convirtiéndola en un líquido muerto y físicamente desestructurado, que, además, nos transmite las frecuencias desfavorables de las sustancias nocivas con las que ha estado en contacto. 
    El científico Peter Gross, afirma que el 98% de los hogares occidentales disponen de agua higiénicamente aceptable pero muerta en sentido energético por la presión interna de las cañerías y por los numerosos tratamientos a que es sometida el agua viva, procesos que rompen y desmantelan las ordenandas estructuras que portan la información terapéutica y vital del agua pura.
           Una alteración de la estructura molecular puede provocar numerosas disfunciones orgánicas, ya que el agua muerta que solemos beber no cumple bien con las funciones que desarrolla el agua viva en nuestro cuerpo.
    En esta misma línea se manifiesta el médico de origen iraní FBatmanghelid, autor del libro: Su cuerpo reclama el agua llorando a voces, en el que explica cómo la deshidratación crónica actual de nuestro cuerpo es la causa de muchas y variadas enfermedades.



Conclusión por mi parte: pagamos para que nos envenenen pokito a poko.
     
"cada 20 segundos muere un niño en el mundo por la falta o la mala calidad del agua"

Comentarios

  1. Nos encanta haber encontrado este blog!muchas gracias es muy interesante

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